Genatios y Lafuente: Venezuela y las TIC en un balancín
Business World Venezuela Online, Abril 2005: Venezuela y las TIC en un balancín
(Este enlace cambiara en algun momento, pueden entonces ver el articulo en su sitio original: Venezuela y las TIC en un balancín)
Venezuela y las TIC en un balancín
Por Carlos Genatios y Marianela Lafuente
La información y el conocimiento son pilares en el desarrollo social y la producción, con impacto directo en la gobernabilidad. En esa perspectiva las tecnologías de información y comunicación (TIC) apoyan todas las actividades y sectores de la sociedad.
Venezuela logró en 2000-2001, el impulso de iniciativas públicas y privadas concebidas a partir del consenso, que permitieron un acercamiento hacia una sociedad “dotada de habilidad, capacidad y pericia para generar y captar nuevos conocimientos y tener acceso a información, datos y conocimientos, absorberlos y utilizarlos eficazmente con el apoyo de las TIC” (ONU, 2000).
A finales de 1999, Venezuela tenía 207.000 usuarios de Internet, en 2000, 817.000 (crecimiento 300%). En 2001 las proyecciones de crecimiento en Venezuela para el período 2001-2005 fueron de 1167%, las más altas de América Latina, por encima de México 877%, Colombia 780%, y Argentina 775%. El comercio electrónico en Venezuela llegó a ser un sector de alto crecimiento con proyecciones para el período 2001-2005 de 8600%, las cuales nos colocaban en primer lugar en América Latina por encima de Argentina (7193%), México (6068%) y Chile (4357%) (Júpiter Communications, 2001). Se lograron crecimientos en el Índice Mundial de la Sociedad de la Información, pasando de la posición 44 en agosto de 2000 a la 37 en 2001.
Pero en 2003, el número de usuarios, descendió con una tasa de crecimiento interanual negativa, de -14%. Hoy, cerca del valor promedio en América Latina, Venezuela está por debajo de Chile (20,14%), Uruguay (11,90%), Argentina (11,20%), Brasil (8,22%), y Costa Rica (9,33%). Como ejemplo, si bien Venezuela fue país pionero en la masificación de infocentros en 2001, después de 2002 ese programa se vio disminuido sustancialmente, mientras que Chile lo asumió de manera masiva.
Venezuela requiere del relance de un esfuerzo sostenido en las áreas de capacitación, conectividad, contenidos, gobierno electrónico y economía digital. El potencial del país podría permitir reimpulsar un crecimiento del sector, especialmente en este momento de crecimiento económico.
Varias iniciativas pueden generar excelentes resultados, y consideramos importante contemplar: la definición de la demanda de TIC por parte de PDVSA, primer demandante de servicios e insumos a nivel nacional; también el relanzamiento de programas de fortalecimiento de pymes y de innovación y modernización empresarial, el desarrollo de programas que acerquen a sectores enfrentados para sumar iniciativas, fortalecimiento de la demanda desde gobierno, incluyendo los regionales y municipales.
La estrategia debe insistir en el fortalecimiento conjunto de la demanda y de la oferta, en una relación que se centre en la capacitación del usuario.
En la medida en que el usuario tiene mayor acceso a sistemas y tecnologías que le resuelvan problemas y mejoren la calidad de su desempeño y de vida, podrá ir definiendo más y mejores requerimientos. En medio de las dificultades de poblaciones aisladas, esto puede implementarse mediante el encuentro de desarrolladores en formación con usuarios que se inician.
Un ejemplo de ello pueden ser numerosos municipios que no tienen acceso a las TIC, que puedan desarrollar su demanda conjuntamente con planteles de educación como Universidades e Institutos Tecnológicos, cuyos alumnos pueden desarrollar su formación en la identificación y preparación de proyectos para esos municipios. Se fortalecen así el usuario y el desarrollador, teniendo incidencias en la demanda y en la oferta, posibilitando así el acceso social al conocimiento y la generación de riqueza mediante la creación de trabajo y mejora de la calidad de vida y de prestación de servicios desde el gobierno local.
Esto a su vez apunta al desarrollo de emprendedores que puedan elaborar productos ajustados a las necesidades nacionales e internacionales, y que estimulen el intercambio especialmente a nivel latinoamericano, a fin de aprovechar la numerosa comunidad hispanoparlante. Se propicia así la presencia e inversión de proveedores, al mismo tiempo que el estímulo a la industria nacional del Software, lo cual debe ser apoyado con programas de incubadoras de empresas, de innovación del sector productivo y capitales de riesgo.
Esa dinámica se logró ya una vez, puede hacerse de nuevo, con entusiasmo y teniendo como valores la asociatividad, construcción de confianza, capacitación y apropiación social del conocimiento, todos ellos elementos fundamentales del capital social, clave del desarrollo.
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